A pocos días de haberse cumplido 65 años del mayor atentado terrorista de la historia argentina, -cuando la Fuerza Aérea y la aviación naval con la leyenda Cristo Vence en el fuselaje, debutaron arrojando bombas sobre la Casa Rosada, la Plaza de Mayo y la Residencia Presidencial, alrededor de la mitad de las arrojadas por la aviación nazi sobre Guernica en 1936- un banderazo en defensa de la empresa Vicentin y de la propiedad privada tuvo repercusión fundamentalmente en Santa Fe y Córdoba. Los concentrados alrededor del Obelisco en la Capital, como lo vienen haciendo desde hace un mes, en su mayor parte parecen protagonistas de un documental de Diego Capussotto, con consignas que van desde “hay que terminar con la cuarentena” a “el virus no existe”, pasando por “el virus existe pero no contagia” o “en el mundo se miente acerca de la cantidad de muertos”, o “la tierra es plana”, o “no hay que vacunarse”, hasta consignas políticas exóticas como “Soros o Perón”, o aquellas del cuño de “Juntos por el Cambio” como “Por la libertad y la República”, “En defensa de la Constitución”, “Queremos ser libres” “No al comunismo”, “No quiero ser Venezuela”; “Hoy es Vicentin, mañana sos vos”. Un conglomerado de excéntricos mezclados con votantes de Cambiemos, que como diría Enrique Santos Discépolo: “En un mismo lodo, todos manoseados.” Detrás de todos ellos, representando o funcionales al poder económico, está el poder real sobre el cual se puede decir parafraseando a Jorge Luis Borges cuando se refería a Buenos Aires: “lo juzgo tan eterno como el agua y el aire.”
Hay un hilo de Ariadna que une ideológicamente los bombardeos del 55 con los manifestantes actuales que enarbolan las consignas de la libertad y la defensa de la propiedad privada. Los argumentos tienen una notable similitud y sólo ha cambiado el escenario donde se despliegan. No pueden acudir ahora como hace décadas a las fuerzas armadas y entonces los medios dominantes, embanderados en un periodismo de guerra, abonan el terreno para infundir en los movilizados la idea de que vamos hacia el comunismo o estamos a un paso de ser Venezuela. Todo condimentado con una dosis creciente de miedo. Ayer como hoy, el odio que despierta el peronismo se trasmuta por ser más contemporáneo y más rendidor políticamente usando otros términos, tales como “populismo” o “kirchnerismo”. Los medios hegemónicos intentan poner en el eje de la discusión que la moderación de Alberto Fernández es cada vez más desplazada por la intemperancia radicalizada de Cristina Fernández. Alberto Fernández, es en esa interpretación, apenas un títere arrodillado ante la vicepresidenta. Es necesario erosionar la imagen presidencial porque el manejo de la pandemia le dio un apoyo de más del 80%, pero la prolongación de la medida y los daños económicos que de cualquier manera se hubieran producido, lo han reducido a alrededor del 65%, cifra a pesar de todo muy considerable.
Toda medida que mueva el avispero será considerada siempre de inspiración kirchnerista y por lo tanto un paso más de “ir por todo”, un acercamiento a un autoritarismo extremo, en la frontera con Venezuela. Obviamente cualquier medida que adopte el gobierno puede ser o no de inspiración kirchnerista, lo cual es lógico en un frente donde la vicepresidenta aportó más del 35% de los votos.
El periodismo de guerra despliega un accionar sin antecedentes, teniendo en cuenta que hace un poco más de seis meses asumió el gobierno, que la economía estaba en terapia intensiva, que la situación social era ya dramática, que la deuda externa era y es impagable y sobre ello, como si fuera poco, apareció la pandemia, todo lo cual en su conjunto ha arrojado al país a la peor crisis de toda su historia. (Un pequeño muestrario del periodismo de guerra, que posa de independiente, se puede encontrar al pie de este artículo).
Hay un doble juego de pinzas: producir la erosión presidencial mientras se machaca con la imagen mefistofélica que se le atribuye a la vicepresidenta, ello dentro de una protección total de los medios que concentran ampliamente la mayor audiencia ocultando las tropelías de todo tipo que perpetró el macrismo: la mesa judicial, el espionaje, la presión sobre los jueces, los negociados, etc. no llegan a la mayor parte de la población. Así los votantes de Macri pueden seguir impertérritos enarbolando como méritos la ilusión de la división de poderes, el republicanismo y la transparencia. Como nota de color, teniendo en cuenta el avance de la investigación de la red de espionaje creada por el macrismo, viene a cuento transcribir las declaraciones de un muy joven Mauricio Macri, en 1991, con apenas 32 años cuando fue liberado de su secuestro:
“El gobierno tomó conocimiento de mi secuestro porque los teléfonos de la casa de mi padre estaban pinchados… ¡Es un asco! Es una droga de los argentinos pinchar teléfonos”.
LAS ESTAFAS DE VICENTIN
Que se presente en convocatoria de acreedores por haber entrado en cesación de pagos una empresa que cobra en dólares y paga en pesos, es una hazaña equiparable a chocar una calesita; o la demostración palpable de lo que realmente sucedió: un verdadero vaciamiento. La empresa tiene una larga tradición de tropelías que van desde los terrenos que les regaló la dictadura de Onganía, a su complicidad con la última dictadura al haber facilitado la desaparición de 22 trabajadores recibiendo en compensación, en 1979, el puerto Ricardone, cerca de San Lorenzo. Tres años después Domingo Cavallo le estatizó una deuda de 2.000.000 de dólares. Vicentin Paraguay (una subsidiaria de la misma empresa) exporta con apenas 6 empleados, 200 millones de dólares. La maniobra consiste en venir con el barco vacío, cargar soja argentina en Ricardone haciéndola pasar por paraguaya, con lo que no se ingresan las divisas en el país, no se paga el derecho de exportación aprovechando que Paraguay no lo tiene. Ese es el milagro que Paraguay exporta más soja que la que produce.
Vicentin vendió la producción dejada por los productores en dólares y aún les debe las mismas estimadas en pesos.
Vicentin Paraguay es la titular de las acciones de Renova, la joya del emporio que es la productora de biocombustibles. Tres días antes de la cesación de pagos, Vicentin vendió el 16,67% de Renova a Oleaginosas Moreno (controlada por Glencore) con lo cual llegó al 50%. Por ese 16,67% recibió a cambio 122 millones de dólares, que han desaparecido de la caja y sin que se haya utilizado para abonar las deudas.
Renova es una empresa suiza fundada en 1974 por Marc Rich que controla el 50% del mercado mundial del cobre, el 60% del zinc, el 38% de la alúmina, el 28 % del carbón para centrales térmicas, el 45% de plomo, el 10% del trigo del mundo, cerca del 25% del mercado mundial de cebada, girasol y colza. Posee cerca de 300.000 hectáreas. Facturó en 2018, 219 mil millones de euros, casi cuatro veces las exportaciones anuales de nuestro país. Su dueño es digno socio de los Vicentin. En 1983 fue acusado en EE.UU por evasión de impuestos, fraude, comercio con el enemigo, desfalco y negocios ilegales. Estuvo dos décadas prófugo del FBI, refugiándose en Suiza, hasta que Bill Clinton, en su último día de gobierno, en el 2001, firmó un indulto presidencial. No por algo Carlos Marx afirmó que “el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies hasta la cabeza”.
Volviendo a Vicentin: fue el principal aportante a la campaña electoral de Macri y recibió del Banco Nación el 20% de su capital prestable, múltiples préstamos, muchos como prefinanciación de exportaciones que debían estar aseguradas con el ingreso de las divisas respectivas. Pero alguien se olvidó de cobrar. Javier González Fraga es absolutamente responsable de semejante omisión y del monto de los préstamos otorgados. Otras de las jugarretas de los directivos ha sido presentar empresas del mismo grupo como acreedoras en su propia convocatoria, al tiempo que transferían los bienes de los directores a terceros. La existencia de empresas constituidas en paraísos fiscales, como Nacadie Comercial S.A. Uruguay y Nacadie Comercial Panamá, son otros de los mecanismos de vaciamiento. Pero Vicentín, en muchas de sus prácticas, no es una excepción, sino el modus operandi de las grandes empresas y muchas de las medianas.
Vicentin es la empresa que muchos de los que concurrieron al banderazo, defienden como propia. Son los que consideran como propias a empresas ajenas; y ajeno el Estado que es lo propio. Ya Simone de Beauvoir sostenía: “El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los oprimidos (cámbiese aquí oprimidos por perjudicados o sin ninguna vinculación con la empresa)
LOS DOS MODELOS
Sesenta años de guerra civil concluyó con el triunfo de la Provincia de Buenos Aires, es decir de los ganaderos de la provincia y los comerciantes importadores de la ciudad de Buenos Aires. La guerra civil se definió en Pavón en 1861 y continuó como cacería hasta 1880. Con la Constitución de 1853 y el proyecto agroexportador se consolidó un país que era complementario de Inglaterra. Los servicios de la semicolonia dieron lugar a la clase media que representó el radicalismo y los ganadores de Pavón debieron darle un lugar habilitando la Ley Saenz Peña ante la intransigencia de Hipólito Yrigoyen.
Las crisis del capitalismo (Primera Guerra mundial, la crisis del 29), dio lugar al modelo de sustitución de importaciones permitiendo a los descendientes de los derrotados del siglo anterior a que se insertaran en las incipientes industrias y dieran origen al peronismo. Desde entonces el poder económico, con franjas importantes de clase media, se alternan destructivamente con el modelo peronista en un empate a pura perdida.
Aunque parezca increíble, la burguesía industrial argentina carece de un proyecto de país y se opone a quienes la favorece e intenta desarrollarla, tal es el peronismo. Burgueses y clase media antiperonista son como los doberman enojados que no reconocen a sus verdaderos amigos. Colonizados culturalmente, apoyan políticas que indefectiblemente los destruyen en un caso y los empobrecen en otros. El líder negro norteamericano Malcolm X dijo en una oportunidad: “Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido” Es la universidad de la colonización abonada durante el primario y el secundario de una educación sarmientina edificada en base al axioma de “Educación y barbarie”
Seducidos por el menemismo y el macrismo, terminaron en una verdadera catástrofe para los dos sectores sociales. Las clases medias se suben a proyectos ajenos y falsos como “Todos somos Nisman” ayer, “Todos somos Vicentin hoy”. El fiscal que se suicidó siempre fue parte del problema y nunca la solución del Caso AMIA. Tres de las cuatro agrupaciones de familiares de las víctimas de la AMIA lo denunciaron con claridad. El caso Vicentin es la expresión patética de los sectores medios que apoyan una situación indefendible cegados por el odio. Según Buda, “Aferrarse al odio es como tomar veneno y esperar a que la otra persona muera.”
Se suman a cualquier excusa opositora y se ilusionan con estar cerca de los que están lejos y se alejan de los que tienen cerca que son los sectores humildes de la sociedad.
La ceguera política de los empresarios alcanza niveles patológicos, aún a pesar que la política económica del macrismo no sólo provocó un gigantesco pymicidio, sino que fue tan devastadora que afectó involuntariamente a muchas de las grandes empresas que pretendía beneficiar. Así Arcor, el gigante alimenticio, tuvo pérdidas por 1011 millones de pesos en el 2019. En toda su historia esto ocurrió sólo en dos oportunidades: en el último año y en el 2002 en que el quebranto ascendió a 50 millones. Lo mismo sucedió con Molinos Río de la Plata, Mastellone, Molino Cañuelas, entre otras. Techint tuvo utilidades inferiores que las obtenidas durante el kirchnerismo. En 2019 ganó un 63% menos pasando de utilidades de 1662 millones en el 2018 a 630 millones en el 2019. Sin embargo la mano derecha de Paolo Rocca, Luis Betnaza, considerado algo así como el Ministro del Interior de la multinacional, se sinceraba en la UIA antes de las primarias del 14 de agosto del 2019 afirmando: «No veo la hora que lleguen las primarias así se termina esta farsa del kirchnerismo”
Transcurridos algo más de 6 meses del gobierno de Alberto Fernández, Paolo Rocca le envió un mensaje a Mauricio Macri, revelado por la periodista Nancy Pazos, con el siguiente texto: “Reconozco que ya te extraño, Mauricio… Y mirá que te puteábamos, pero estos son inviables…”
El sinuoso Sergio Massa tuvo un rapto de inspiración y afirmó con contundencia: “Los empresarios argentinos son los únicos que compran cara la soga con la que los van a colgar”, dijo al escuchar que Rocca fue a mimar a Macri. Y recordó, cuenta Pazos, que los peores balances de Techint fueron justamente durante el gobierno de Cambiemos.
No obstante, y con una generosidad no correspondida, el gobierno le reconoce al grupo Techint realizarle un pago por 14 mil millones de pesos que el propio Macri había postergado.
Lo que los superficiales llaman grieta no es más que la exteriorización de dos modelos en pugna, imposibilitados de triunfar definitivamente uno sobre otro y eso origina un empate que expresan un fracaso muy prolongado. Un empate a pura pérdida.
El GOBIERNO DE ALBERTO FERNÁNDEZ
El gobierno de Alberto Fernández asumió haciéndose cargo de un panorama económico y social muy complicado. En términos de pandemia la estructura económica estaba inmunodeprimida, con presión alta, diabetes, problemas cardíacos, insuficiencia renal, y la lista sigue y es muy extensa. El plan diseñado fue simultáneamente la negociación de la deuda en condiciones de sostenibilidad en el tiempo y acudir con urgencia a paliar la emergencia alimentaria. Sobre un escenario desolador cayó la pandemia y sus consecuencias que proyectan un efecto económico devastador. Al lado de esta crisis sin piso visible, la del 2001/2002 es un terremoto en un vaso de agua. Afortunadamente, de aquella crisis surgió una estructura de ayuda social, fortalecida en el tiempo con el nacimiento de las organizaciones sociales, que morigera la posibilidad de estallidos.
Caen prácticamente todos los PBI del mundo y en el caso de Argentina el FMI con su infalibilidad para el error, estimó primero una caída del 5,9% y ahora lo ha elevado a 9,9%. Cualquiera que haya cursado lógica sabe que un silogismo tiene dos premisas y una conclusión. Por ejemplo: Todos los hombres son mortales, Sócrates es un hombre, por lo tanto Sócrates es mortal. Aplicado a este caso: la crisis del 2001/2002 produjo una caída del PBI del 11,99%; si esta es una crisis superlativamente mayor que aquella, por lo tanto la caída del PBI superará largamente ese porcentaje. No se necesita ser una mente brillante para deducir que posiblemente la caída del PBI en nuestro país estará por lo menos alrededor del 15%. Eso es una disminución que traducida a las mediciones de los terremotos, es superior a 8 grados en la escala de Richter. Ese es el escenario post pandemia que deberá enfrentar Alberto Fernández. Toda su muy buena política sanitaria hasta el presente, aún sujeta a un muy difícil examen final, y la económica, ambas fundamentalmente defensivas, ha demostrado que el presidente es un excelente arquero, algo así como Goycochea en el mundial de Italia. Las políticas ofensivas (Vicentin, impuesto a la riqueza), meneado pero aparentemente lejano un nuevo sistema impositivo, que posicionen mejor al país para recorrer la crisis y preparados más sólidamente para el tsunami post pandemia, se hace con poca convicción, improvisadamente, sin agrupar las fuerzas propias en el primer caso, y con una lentitud exasperante en el segundo, al punto que aún no entró en comisión. Ahora ha trascendido que se presentará después del 17 de julio. Es cierto que el mismo tendrá como base el impuesto a los bienes personales cuyo vencimiento, hasta ahora, se produce a fines de julio. Por lo tanto su posibilidad de presentación y cobro difícilmente pueda ser antes de fines de octubre. El presidente ha demostrado que toda su eficacia como arquero se diluye considerablemente como delantero. En fútbol, se sabe, que los goles que no se hacen en el arco de enfrente, se padecen en el propio. Alberto Fernández parece actuar en la implementación de los proyectos más transformadores conforme a su autodefinición de “socialdemócrata” o “liberal de izquierda”. La primera es una caracterización de un conservadorismo recubierto de ciertos progresismos secundarios y los liberales de izquierda, categoría un tanto exótica de cierto progresismo de cartón, son maestros en el arrugue de barrera. El peronismo que hizo historia nunca pidió permiso para concretar modificaciones sustanciales y por eso el otro modelo nunca se lo perdonó. Aún con estas limitaciones desnudadas hasta el presente, el gobierno de Alberto Fernández es ampliamente superior a cualquier alternativa opositora. Y siempre está a tiempo de inspirarse en las mejores banderas peronistas.
La delantera adversaria juega al ataque con decisión, conformada por poder económico, medios poderosos, la mayoría de los macristas y radicales, los núcleos duros productivos y las franjas de clase media visceralmente antiperonistas van por todo. Están dispuestos a perder un ojo o amputarse una pierna si con eso terminan con el kirchnerismo, y con “la negrada” peronista. El panorama está tan abierto como incierto. Todo puede suceder hasta lo inimaginable. Ningún gobierno, en cualquier lugar del planeta, puede estar seguro de su permanencia. Una crisis de esta envergadura convierte todo en un tembladeral.
Las fuerzas que apoyan al gobierno no pueden mantenerse pasivas. Con cuarentena, con distanciamiento social, con todas las precauciones deben movilizarse. Lo que está en juego son dos futuros diferentes. Lo que ya hemos visto que diseñan los dos modelos en pugna.
UN EMPATE A PURA PÉRDIDA
Hace 210 años que empatan los dos modelos. El modelo primario exportador nunca ha reparado en brutalidad y salvajismo. Desde el fusilamiento de Dorrego al de Valle, pasando por el envenenamiento de Mariano Moreno, el bombardeo de Plaza de Mayo, a sembrar el territorio nacional con campos de concentración. El poeta Roberto Santoro desaparecido durante la dictadura escribió: “yo amo/ tú escribes/ él sueña/ nosotros vivimos/ vosotros cantáis/ ellos matan.”
Contemporáneamente, desde junio de 1975, todo lo que destruye un modelo no alcanza a ser reparado por el otro, ese que echa raíces en lo nacional y popular. El resultado político de ese empate, produce una derrota económica que da vértigo. Argentina retrocede dramáticamente a índices de pobreza e indigencia y a niveles de desocupación incompatibles con sus posibilidades potenciales.
Hay futuro sólo si el modelo popular se impone definitivamente. En caso contrario se seguirá asistiendo a una primavera entre dos inviernos.
UN MUESTRARIO REDUCIDO DEL PERIODISMO DE GUERRA
“El caso Vicentin como ensayo de un proyecto autoritario.” Jorge Ossona La Nación 17-06-2020
“Mauricio Macri, el blanco de la estrategia judicial del gobierno” Joaquin Morales Solá La Nación 17-06-2020
“Se cayó la careta” Carlos Pagni La Nación 16-06-2020 y el canal de La Nación
“La agonía acelerada del albertismo” Fernando Gonzalez Clarín 19-06-2020
“La cristinización de Alberto Fernández” Fernando Laborda La Nación 19-06-2020
“Vicentin, Latam, default: las razones de Alberto Fernández para comprar “ideas locas” Laura Di Marco La Nación 19-06-2020 y Canal de La Nación
“Vicentin, cierre de Latam y causas de corrupción K” Luis Majul La Nación 18-06-2020 y Canal de La Nación
“Están desesperados, por eso meten miedo” Luis Majul, 16 de junio La Nación y Canal de La Nación
“El Chavismo de Cristina Expropiadora” Alfredo Leuco Radio Mitre 9-06-2020
“El peor día de Alberto Fernández de Kirchner” Alfredo Leuco Radio Mitre 10-06-2020
“La rebelión de los autoritarios” Alfredo Leuco Radio Mitre 11-06-2020
“El sueño recurrente de la expropiación” Pablo Sirven, La Nación 14-06-2020
“Espectáculo y olvidos en el show de Cristina” Joaquín Morales Solá La Nación 14-06-2020
“Rescatando al soldado Alberto” Alejandro Borensztein Clarín 21-06-2020
“Fernández se asomó al abismo y busca equilibrio” Ricardo Kirschbaum, Clarín 21-06-2020
“Se discute si será capitalista o socialista el plan de salida” Willy Kohan, La Nación 24-06-2020
“El autoritarismo sin poder” Carlos Pagni, La Nación 23 -06-2020
“Latam, Vicentin y la sospecha que encendió el fuego” Fernando González, Clarín 22-06-2020
“La Argentina de Alberto Fernández, la prolongación de la agonía” Fernando Laborda La Nación 26-06-2020
“La cuarentena no cambia y Cristina tampoco” Luis Roa Clarín 26-06-2020
“La resistencia al populismo” Héctor Guyot La Nación 26-06-2020
“La guillotina de Cristina Fernández” Joaquín Morales Solá La Nación 28-06-2020