El baterista Rodolfo García, histórico músico del rock argentino, murió este martes a la madrugada, a los 75 años, luego de permanecer varios días internado en el porteño Hospital Tornú con un estado irreversible de muerte cerebral tras haber sufrido un accidente cerebro vascular.
Así lo confirmaron fuentes allegadas al artista, quienes contaron que el deceso del exAlmendra y Aquelarre, entre otras bandas fundamentales, se produjo cerca de la 1.30 de este martes.
El artista, de 75 años, fue una figura clave en los albores del rock nacional en los 60 y fundó la seminal Almendra junto con Luis Alberto Spinetta, Edelmiro Molinari y Emilio del Guercio.
Luego fue baterista de Aquelarre y Tantor, colaboró con Litto Nebbia en Nebbia’s Band, fue el percusionista de Peteco Carabajal y Jacinto Piedra en Santiagueños para el disco “Transmisión Huaucke”, tocó con Víctor Heredia, con Pedro y Pablo y, más cerca en el tiempo, nuevamente con Spinetta en su última etapa solista.
También formó su propia banda, La Barraca, en 1989 y, más cerca en el tiempo, participó de PosPorteño, junto al bajista y cantante Dhani Ferrón y Alejandro del Prado y de Juaguar, también con Ferrón además de con Lito Epumer y Julián Gancberg.
García se formó como acordeonista, instrumento al que volvió públicamente en 1997 cuando Spinetta lo convenció para que lo acompañara en Miami para su Unplugged en la MTV compartiendo “La miel en tu ventana”.
“Quiero presentar a alguien que es como un padre musical y que siempre me va a guiar, porque es una persona derecha como pocas, a quien amo. Rodolfo García: batero de Almendra”, dijo y lo definió.
Años después, según puede leerse en “Martropía: conversaciones con Spinetta”, libro del periodista Juan Carlos Diez, hay más apuntes del “Flaco” acerca de su amigo y compañero en el capítulo titulado “The Larkings” (nombre del grupo del entonces adolescente García).
“Yo no tenía discos y me iba a la casa de Rodolfo a escuchar música. Desde la vereda ya sabía si estaba porque siempre ponía el equipo fuerte. Sonaba música o lo escuchaba practicar con el acordeón o, eventualmente, si tenía, la batería. Rodolfo es extraordinario. Tenía un look Oasis, se vestía bien de entrecasa. Yo creo que Núñez y Belgrano existen porque él vivía ahí, porque el quía era la usina que alimentaba al barrio con la discoteca que tenía. Y encima ya era un baterista impresionante”, se apunta allí sobre lo que Luis Alberto pensaba acerca de Rodolfo.
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