Lo sucedido en Paraná es para el funcionario «sumamente preocupante para el ecosistema, el ambiente, para las personas. El ministerio tomó una actitud muy activa para frenar los focos de incendio. El propio ministro Cabandié estuvo en el lugar y el ministerio se transformó en querellante contra los productores que realizan prácticas prohibidas».
Acto seguido, comentó que «acompañamos con brigadas del ministerio, coordinando con Gendarmería y Prefectura. Tenemos que trabajar para detener los focos de incendios pero al mismo tiempo tenemos que pensar en cómo revertir estas prácticas atentatorias contra el medio ambiente».
Federovisky también dijo, acerca del objetivo de estas quemas, que «es difícil establecer el objetivo de los productores, hay una práctica ancestral que es cuando se sale del invierno se queman las pasturas que quedaron sobre el suelo para permitir que los retoños broten más fuerte. Hay otros objetivos, menos románticos, que son liberar terrenos para poder instalar prácticas de agricultura. Este proceso coincide de la llegada de la ganadería más intensiva en las islas del delta del Paraná».