El 26 de Julio de 1952, falleció Evita. Tenía 33 años, y padecía un cáncer de útero. Conocida como la abanderada de los humildes, es reconocida como un símbolo de justicia social.
Pasadas las 21.30 del 26 de Julio de 1952, un comunicado por cadena anunciaba que la agonía de Eva Perón había llegado a su fin. «Cumple la Secretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas ha fallecido la Señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación. Los restos de la Señora Eva Perón serán conducidos mañana, al Ministerio de Trabajo y Previsión, donde se instalará la capilla ardiente«, se emitió por radio. Nacía un mito en la historia de nuestro país.
María Eva Duarte nació en 1919, en Los Toldos en el seno de una familia humilde. Más tarde, junto a su familia, se mudo a Junín, donde comenzó a mostrar su vocación artística. Siendo ya adolescente, migró a Buenos Aires. Aquí tuvo diferentes papeles en compañías de teatro hasta que en 1937 obtuvo un rol en un radioteatro. A partir de allí ganaría protagonismo en la radio y el cine.
El 15 de Enero de 1944, un terremoto destruyo la ciudad de San Juan. Por ese motivo, una semana más tarde, el 22 de enero, en el Estadio Luna Park, se realizó un acto solidario organizado por la Secretaría de Trabajo y Previsión que conducía Juan Domingo Perón. Fue en ese acto, donde la vida de Eva Duarte dio un vuelco.
A partir de ese momento, no se separaron. Evita, acompaño a Perón en las intensas jornadas de octubre de 1945 para luego tener una participación activa en la campaña de 1946, que llevaría a su marido a la presidencia. Sin cargos formales, Evita comando una lucha sin pausas.
Días después del triunfo de su marido, pronunció su primer discurso político en un acto en el que comenzó a exigir el sufragio femenino, un derecho que se conquistaría poco después.
En tanto, Evita se convirtió en un lazo estrecho con las bases del peronismo, al mantener en una relación cercana y compleja con los sindicatos y al proliferar la asistencia social a través de su fundación. Fue y es considerada un símbolo de justicia social.
El cáncer de útero se había diagnosticado en 1950, a partir de allí Evita, la abanderada de los humildes, sufrió continuos quebrantos de salud. Un año después, los especialistas lo consideraban “irreversible”. Tan sólo meses antes de su muerte, los adeptos al peronismo exigían que se pronunciara sobre la posibilidad de ser vicepresidenta. El 31 de agosto de 1951, a las ocho y media de la noche, en un breve discurso pregrabado, Eva Perón anunció su «irrevocable y definitiva» decisión de declinar a la candidatura, momento que fue conocido como «el día del renunciamiento«.
Todo se precipitó en aquellos días de julio de 1952. Su estado de salud fue cada día más delicado. Los médicos daban un parte todos los días a las 22hs, que solía coincidir en una frase “la ilustre enferma, no ha experimentado variaciones apreciables en las ultimas 24hs”. Hasta que finalmente, el sábado 26 de Julio de 1952, se produjo el deceso.
Se decretaron 2 días de Duelo Nacional y 30 de Luto Oficial. Su funeral duró dieciséis días, pasaron más de 2 millones de personas. El papa Pío XII recibió 23 000 pedidos para convertirla en santa, y es la única ciudadana argentina que posee el cargo de Jefa Espiritual de la Nación Argentina, título oficial otorgado por el Congreso Nacional durante la presidencia de su esposo.
En 1955, durante el gobierno del dictador Pedro Eugenio Aramburu, el cadáver fue secuestrado y permaneció desaparecido durante 14 años. El confuso episodio, que incluyó entierro en un cementerio italiano bajo un nombre falso, culminó cuando en 1974 cuando sus restos fueron repatriados desde España.
A partir de allí se abrió una bóveda en el cementerio de la Recoleta. Las visitas que hasta el día de hoy realizan locales y turistas ilustra la trascendencia que alcanzó la figura de Evita.