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Gil Domínguez dijo que “parece que estamos volviendo al esquema que intentó Mauricio Macri con la primera designación de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, que también la hizo por decreto, y frente a la gran oposición que recibió, decidió seguir el procedimiento ordinario previsto por la Constitución” y explicó que “la Constitución prevé que el Presidente tenga la facultad de llenar vacantes de empleos que requieran acuerdo del Senado cuando el Senado esté en receso, y estas designaciones duran hasta que comienzan las sesiones ordinarias”. “Esto sí lo prevé la Constitución, pero en forma excepcional y sería para aplicarlo cuando una Corte Suprema se quede sin miembros y no pueda existir un nombramiento inmediato”, afirmó el especialista.
Además, explicó que, si se avanza con el nombramiento por decreto, “el Senado lo puede rechazar con una sesión de mayoría simple” y afirmó que, en caso de producirse un rechazo y si el Ejecutivo insiste con la designación, implicaría un “acto de fuerza contra el sistema democrático de orden institucional”. En esa línea, advirtió que “no está dentro del esquema mental del Presidente aceptar los mecanismos consensuales de la Constitución Nacional” y subrayó que “es un modelo que quiere soslayar a la Constitución, el que tiene el Presidente en la cabeza y lleva adelante, e imponer su estilo por más que choque con la Constitución”.