Aún conservamos los «ecos» de aquella noche fatídica de domingo, que proclamó a Mauricio Macri como nuevo Presidente de los argentinos por muy escaso margen.
Sin embargo, uno camina la calle, charla, debate, discute, se apasiona por los ideales que defiende, lo cual da como resultado poder sacar algunas conclusiones de lo ocurrido.
Y allí, es justamente donde nos damos cuenta que las «cadenas del desánimo» del grupo Clarín, que se fueron desarrollando día tras día durante estos últimos años (y acrecentándose en el 2015 electoral) calaron hondo en gran parte de la población, sobre todo, en aquellos que aún se mantenían indecisos a la hora de emitir su voto por uno u otro candidato.
Mas allá de posibles errores internos que se hayan cometido en el seno del Frente para la Victoria, convengamos también, que mucha gente, guiada por un odio casi inexplicable hacia la primera mandataria y este proyecto nacional y popular, produjo que se «vote en contra de» y no a favor del país o de tener determinadas convicciones.
De hecho, muchas de las personas que han optado por Mauricio Macri en el pasado balotaje, prácticamente no saben explicar porqué lo eligieron ni las políticas que este llevará adelante luego del 10 de diciembre; quizás tampoco les interese, porque el «único» objetivo, era justamente «sacar a esta gente del Gobierno».
Regresando a los medios y periodistas «ultra opositores» a esta gestión Kirchnerista, parece que han cumplido con su cometido.
Casi 24 HS. de «cadenas del desánimo», con mentiras y críticas feroces hacia determinados funcionarios del Gobierno actual, conforman claramente un clima en gran parte de la sociedad que los lleva a cegarse y creer en esta oportunidad, que el cambio que propone la gestión macrista, será la solución concreta para muchos de los problemas que aun subsisten en el país.
Por eso, luego ya es tarde para quejarse. Tuvimos el poder en nuestras manos con el voto, la posibilidad de no retroceder en las conquistas logradas durante estos últimos 12 años. Después, no será aceptable el «yo no lo vote».
Porque en estos días, cuando se produce el nombramiento de los funcionarios del nuevo Gobierno, y comienzan a manifestarse los apellidos y las futuras políticas que implementarán, hay muchos que se sienten «confundidos y arrepentidos» con la elección realizada.
Los medios no ganan ni hacen perder elecciones, eso está mas que claro, pero conllevan a generar un clima hostil en mucha gente no ideologizada ni politizada que, finalmente, termina inclinando la balanza hacia un determinado sector o candidato.
Y lo que es peor, el «odio» voraz que lograron instalar, se sigue palpando en la calle, aún, cuando esa porción de la sociedad que opto por el candidato del “ajuste”, en el fondo, también valore ciertos logros que se produjeron bajo la gestión de Néstor y Cristina Kirchner.
Para el Frente para la Victoria, será momento de barajar y dar de nuevo, sobre todo, teniendo como punto de partida las próximas elecciones legislativas de 2017 y en cuatro años, volver a ser Gobierno, con un caudal de votos que, teniendo en cuenta el balotaje, todavía es sumamente importante luego de 12 años de gestión.
Dr. Hernán Alcántara
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