La artista plástica Marisa Domínguez visitó los estudios de Radio Cooperativa AM770 y en diálogo con El Verso del Arte -sábados a la medianoche- repasó sus inicios en el mundo del arte.
Marisa Domínguez en «El Verso del Arte»
«Llegar al arte fue un camino sinuoso, me parecía más fácil de chica ser astronauta que ser artista, era tan lejano ser artista y no parecía un trabajo», sostuvo Marisa Domínguez.
[AUDIO] El Verso del Arte – Radio Cooperativa AM770 – 06 de Junio de 2015
Más información en: www.marisadominguez.com
Dibujar y diseñar era mi juego preferido, pero al crecer obedecí el mandanto, dejé de jugar y no la pasé bien.
Estudié Licenciatura en Administración de Empresas hasta que un dia pensé que eso era lo que iba a tener que hacer hasta jubilarme y me angustié mucho. Abandonando a continuación la muy promisoria carrera.
Allí empezó el largo camino de hallar el deseo, empecé dibujo y pintura y gravado, serigrafía, estampado de telas, diseño de vestuario teatral, tiffany, etc. Paralelamente cursaba en Filosofia y Letras en la UBA
Licenciatura en Artes carrera destinada a la investigación y a la crítica pero cuando faltaban dar seis finales para terminar la carrera decidí que lo que más deseaba era producir.
Y volví a jugar y así encontré el sentido de todo, así nacieron los objetos imposibles, los para nada: trajes en
papel maché o en bolsa de residuos, corsets de vidrio, siluetas cubiertas con cápsulas de medicamentos, cuadros hechos con fideos, zapatos de vidrio, etc.
Recuperar lo lúdico es lo mejor que le puede pasar a cualquier ser humano.
Referentes:
Los objetos y colores que invadían la casa aún están presentes en mi mente, quién podría olvidar los calcos en la heladera y las alacenas, las uvas de vidrio, los cuadros pintados sobre terciopelo negro, las bolas de nieve, el burrito de tela roja, la negrita de la suerte, las carpetitas tejidas al crochet de mil colores, las flores de plástico, los estampados psicodélicos de sus vestidos, la voz de Imperio Argentina sonando en el combinado, el chocolate a la tarde, el mondongo a la española y las infaltables galletitas para el viaje.
Otra sería mi producción sin el referente de María Soledad Novo López (1910- 2000) madrina y su maravilloso mundo.