[AUDIO] Canal Abierto – Cooperativa la 770 – Martes 27 de Julio de 2021
Los habitantes de Sauzal Bonito denunciaron unos 40 sismos en los últimos días, y lo atribuyen a la explotación no convencional de hidrocarburos de Vaca Muerta. “La actividad del fracking en cualquier lugar se sabe que está relacionada a la inducción de terremotos, y eso no debiera sorprender a nadie”, señaló Andrés Folguera, Doctor en Ciencias Geológicas, y docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, UBA.
Y remarcó que es más probable que hayan habido mucho más que 40 movimientos: “En la corteza terrestre hay toda una serie de fracturas que no se mueven en general, están trabadas, hasta que alcanzan un umbral de formación en la cual se desplazan y ahí se produce un sismo. Si vos inyectás agua, que es algo que utiliza el fracking, es como si lubricaras esos planos de esas fracturas, y acortás los tiempos en los cuales se despiertan esas fracturas. Capaz que esas facturas pueden estar durmiendo 500 años”.
A diferencia del tradicional, que se realiza en campos de arena y donde el petróleo puede ser succionado, el método de extracción de hidrocarburos en las rocas implica que se inyecte agua dentro de las fracturas de la tierra para drenar el los compuestos, y por lo tanto acelera el movimiento de estas capas de tierra que están trabadas entre ellas. “El hombre está acortando los tiempos de la actividad de las fallas”, explicó el doctor.
Si bien los movimientos “normales” son leves, de entre 1 y 2 puntos en Escala de Richter e imperceptibles para la población, pasados estos puntos ya se pueden percibir. No se asemejan a los de un terremoto de gran escala, como el que se produjo en San Juan, pero no se puede descartar la posibilidad de que aumenten estos movimientos, como ya se registró en otros lugares donde se realiza el fracking con terremotos de entre 6 y 7 puntos.
Esta no es la única forma de explotar un yacimiento no convencional, indica el geólogo, pero sí la más rápida: “La variable del tiempo importa, porque estás contratando equipos y personas, y muchas veces los procesos de explotación se aceleran y se producen efectos no deseados, porque está metiendo mucha agua en poco tiempo y eso habría que testearlo con más cuidado”.
Cada vez que se instala un yacimiento de estas características, se instalan los instrumentos que miden los sismos. Folguera destacó que cuando incrementan los movimientos, hay que bajar la actividad. En este caso, la provincia tiene embalses “cuyos diques de contención se pueden ver afectados”. “Hay que invertir en viviendas e infraestructura antisísmica, que yo sospecho que la zona de Neuquén no hay estándares antisísmicos, y sobre todo en la población pobre”, apuntó.
“No hay una cultura de construcción antisísmica, no hay un conocimiento por parte de la gente de qué hacer ante la eventualidad de un sismo. En San Juan, todos saben que ante la actividad de un sismo hay que correr y ponerse debajo de una puerta porque es la última parte que se cae en una casa. En Neuquén no hay protocolos, y todo eso requiere coordinación, organización e inversión”, alertó.