Enrique Zuleta Puceiro, director de la consultora Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM) charló en exclusiva con Terapia de Grupo, de La Señal Medios en Radio Cooperativa AM 770. En el diálogo describió el panorama electoral, tendencias y analizó el actual devenir de la política nacional. Entre lo más destacado de sus expresiones dijo que hoy ve un «mano a mano entre Scioli y Macri» de cara a las elecciones presidenciales de octubre próximo. Respecto a otros candidatos mencionó que ve muy lejos y sin posibilidades a Sergio Massa. También analizó los resultados de la alianza entre el PRO y la UCR así como el rol y la popularidad creciente de la Presidenta Cristina Fernández que ronda en un 60 %, en sus palabras el mejor momento desde la crisis por la resolución 125.
La Señal: ¿Cuál es su opinión y cuáles los datos que tiene de esta parte de la campaña electoral?
Enrique Zuleta Puceiro: La política está buscando un equilibrio, inestable por el momento, entre la continuidad y los cambios. Eso está pasando en todos los partidos políticos, en todas las fórmulas. Es muy notable como están imponiéndose en las elecciones provinciales quienes ya gobiernan. Hay que ver los ejemplos de Salta, Chaco, muy notable este último. A pesar de que se enfrentan candidatos que tienen gestión como Jorge Capitanich y Aida Ayala en Chaco, los debates van perdiendo características ideológicas o políticas. Si bien a la hora del festejo aparece el elenco gubernamental diciendo “ganamos”, “ganó el modelo” las elecciones se van volviendo cada vez más provinciales, cada vez más locales. El territorio es cada vez más importante, la cuestión de la gestión trasciende a las cuestiones ideológicas. Yo diría que hoy la política es una mesa con cuatro patas. Una es gestión, otra lo territorial, con implantación, despliegue, representatividad local. La otra es la logística y, por último, la estrategia. Generalmente son estrategias muy cuidadosas, con poca confrontación, con mucha presencia de la sociedad civil. Son elecciones que muestran que el sistema se va descentralizando cada vez más. Está la elección presidencial que es otro escenario, que no repercute mucho sobre lo local. Desde acá a veces se ve como si una elección más o una menos disminuye o amplifica las posibilidades de uno de los candidatos, pero cuando uno va a las provincias, por ejemplo Córdoba, Santa Fe o algunas de las que ya están resolviendo sus elecciones, ve que hay diseños mucho más ricos. El sistema está funcionando, está buscando equilibrios nuevos entre unidad, diversidad, heterogeneidad, nada de hegemonía y mucho de política concreta.
LS: ¿No se podría inferir en las diversas elecciones que la victoria de los oficialismos en muchos puntos del país no tiene una relación directa con el crecimiento económico de nuestro país en los últimos años?
ZP: Eso también es un aspecto. Un aspecto del entorno. Cuando yo digo la palabra gestión, me refiero a resultados. Gestión no es el hacer por el hacer, son resultados. En eso contribuye mucho el clima electoral en el cual la gente no cree que va a haber un apocalipsis. Las recetas milagrosas o apocalípticas casi no tienen nada que hacer. No reciben ningún tratamiento. Se trabaja más bien sobre la base de realidades, las promesas son mínimas y los candidatos, como son de gestión, hablan, dicen, son proyectos. Es una sociedad que ha dejado de estar aterrorizada. Nunca vi una elección donde se fuera a votar pensando que nada va a estallar. El gobierno ha dejado atrás cualquier suspicacia que lo sindicaba como preparando un terreno minado para que explote para el que venga. Al contrario, da toda la impresión de que el gobierno lo quiere ganar. No compromete el futuro, sino que trata de favorecerlo, de dejarlo operable. En este clima de moderación de las expectativas la política tiene mayor despliegue.
LS: ¿Cuáles son los datos para las elecciones nacionales?
ZP: Las tendencias tienen su valor, son bastantes claras. Tenemos a Scioli y Macri encabezando la elección. Scioli tiene el 32 %, Macri un 29 %, pero está paralizado hace dos meses. En el caso de Massa está en un 13 %. Aún en el kirchnerismo más estricto, los que votaban a Domínguez, Urribarri, Anibal Fernández o que pugnaban contra Scioli o Randazzo allí la ventaja es de más de diez puntos. Pero si uno ve a todos los que dicen que van a votar al FPV allí es dos a uno.
LS: Con estas tendencias, ¿Scioli y Macri llegarían a una segunda vuelta?
ZP: Hay segunda vuelta porque hay un tercer candidato con más del 10 % de los votos. Siempre que hay alguien con más del 10 % en la tercera posición evita el ballotage porque evita que alguno de los candidatos alcance al 45 %. Si dejara de existir esa tercera alternativa porque se retira o decide ir a la provincia y es una pugna entre dos habrá ballotage. Allí se maximizan las posibilidades de la oposición. En una segunda vuelta puede convocar enfrente de Scioli a una mayoría mucho mayor. Por el momento el escenario de ballotage están suspendidos hasta ver que es lo que pasa con Massa.
LS: ¿Cuál es el impacto electoral de la alianza entre el PRO y la UCR?
ZP: No ha funcionado, no ha producido ninguno de los resultados que se esperaban. Un buen ejemplo ha sido el de Chaco en donde el rejunte opositor perdió por 22 puntos. Si me hubieran preguntado hace cuatro meses en qué provincias ganarían el macrismo y el radicalismo hubiera dicho nueve o diez provincias, tenía una visión muy optimista. La alianza está funcionando casi al revés. Esto lo lleva a Macri a exacerbar esa posición que tiene Durán Barba de que la mejor manera de llegar al final es solos, sin acuerdos con nadie. Este acuerdo no ha generado ningún documento, propuesta o ideas comunes. Cada campaña está encerrada en sí misma sin ninguna interacción. También gravita mucho, yendo a la Ciudad de Buenos Aires que Rodríguez Larreta no logró una victoria con mayoría propia y toda da para pensar que puede haber ballotage en Capital entre Rodríguez Larreta y Lousteau. Allí los datos son negativos para Rodríguez Larreta. Podría haber una sorpresa desagradable para Macri en Capital. Esto distrae, desconcentra y evita la focalización de Macri en un objetivo de crecimiento propio. Hay mucho problemas de crecimiento para todas las alianzas que se basan en rejuntes contra alguien. En la política argentina es una cosa que gravita mal. Lo que se vota en esta elección es gobierno, a diferencia de las elecciones intermedias donde se vota contra alguien y que son favorables a las oposiciones ha quedado de lado. Se vota gobierno por lo tanto se necesita proyecto, territorio, estrategia y esto es lo que le está faltando a la oposición.
LS: Si Sergio Massa baja su candidatura a Presidente, ¿para donde orientarían esos votos?
ZP: Para Scioli. Massa no tiene ningún componente antiperonista. Lo tuvo cuando tenía 22 o 23 %. Ese voto se ha ido hacia Macri y una parte ha ido a Scioli. A Scioli si bien muchos lo sindican como un candidato K lo cierto es que la animadversión y hostilidad del mundo kirchnerista lo refuerza cada día. Cada ataque que le hace Randazzo o burla de Carta Abierta lo fortifican porque le dan al electorado independiente la confirmación de que diga lo que diga Scioli es un candidato de alternativa independiente, autónomo, no dirigido por el kirchnerismo. Y sobre todo le resalta las virtudes de independencia y autonomía.
LS: ¿Convendría bajar la candidatura de Randazzo y dejar la de Scioli?
ZP: Me da la impresión de que los dos grandes frentes están pensando en bajar a sus candidatos. Pienso que ambos se van a bajar a la provincia de Buenos Aires porque esto tiene el aspecto de terminar siendo una elección cabeza a cabeza donde los candidatos priman sobre las alianzas. Va a ser un Scioli – Macri. A Macri le pesa Sanz enfrente, no puede superar el 12 % ni lo va a superar. No es que no lo conozca la gente, simplemente que no es su hora, no es su momento. No está claro que es lo que agrega, cuál es su virtud. La estrategia que se piensa, hoy con números en la mano, los que saben de política están pensando en simplificar el sistema. Las PASO cumplieron su papel, definieron liderazgos. Me parece que va a ser un Scioli vs Macri y el que gane en las PASO va a quedar muy bien posicionado frente a las finales que van a perfilar aún más la polarización de que estoy hablando. Un candidato que hoy suma el 8, 10 % quizás cumpla un papel más a futuro porque evidentemente el radicalismo quiere tener un gran número de diputados, quiere ser la primer fuerza política y quiere ser una fuerza parlamentaria. Lo mismo sucede con la Campora o el kirchnerismo puro que lo que quieren tener es un gran bloque que más que por los votos importe por los vetos. Son dos grupos muy fuertes, con mucha doctrina, con mucha visión del país. Macri y Scioli son dos pragmáticos, no es lo mismo en el radicalismo ni el kirchnerismo. Apunta a una fuerte representación parlamentaria apostando a un país donde las representaciones parlamentarias sean decisivas con un Congreso dividido, heterogéneo, fragmentado y sin mayorías absolutas.
LS: Después del acto del 25 de mayo, con el apoyo multitudinario sobre la Presidente da la sensación que va a incidir en el proceso electoral.
ZP: Por supuesto. Es la primera vez en ocho años desde que asumió en que los juicios muy positivos acerca de su desempeño superan a los negativos. Es la primera vez en el mes de mayo en que eso ha cambiado. En este momento es un 60 a 40 en imagen positiva. Desde las crisis con el campo no tuvo un momento como este. Por otra parte está claro que Cristina se va por el imperio de la constitución, nadie la ha derrotado. Por eso me parece un error prestarse a una elección dudosa, en la cual podría perder por alguna razón como exacerbar los antagonismos, porque la gente pierda esta paciencia con la que está llegando a la elección. De todas maneras me parece que eso va a ser materia de un juicio posterior porque semana a semana las posibilidades de ella van mejorando y seguramente sentirá mucha más fuerza y seguridad para poner su sello en la elección. De todas maneras en la medida en que ella decidió moderar toda la gestión de gobierno y centrarse en los objetivos de administración y la gestión, en cuanto quitó perfiles abruptos, rispideces (salvo el tema de la Corte Suprema de Justicia no hay otro tema de conflicto) esto la benefició muchísimo al igual que a todos los presidentes latinoamericanos que siempre tuvieron una mala elección intermedia. Le pasó a Lula, Tabaré, Bachelet, Frei, Uribe. Cuando decidieron salir bien, salir por la puerta, no atravesar el blindex a cabezazos salieron muy bien porque las sociedades latinoamericanas y la argentina en particular quieren que estas cosas funcionen, que terminen bien. Nadie especula, ni piensa que gana con la catástrofe. Esa decisión que empieza por la sociedad y termina siendo asumida por los dirigentes le da a estas transiciones un carácter de moderación que nunca habían tenido.
* Entrevista realizada en el programa Terapia de Grupo que se emite por radio Cooperativa AM 770 los sábados de 14 a 16 hs. Con la conducción de Gabriel Fernández, y la participacion de Daniel Glancszpigel, Gustavo Ramirez, Antonio Seminara y Leonardo Martín.