[AUDIO] Canal Abierto – Cooperativa la 770 – Martes 11 de mayo de 2021
La Universidad Nacional de La Plata es una de las instituciones impulsoras de las investigaciones en torno al cannabis y su uso medicinal, mediante sus facultades de Ciencias Agrarias y Forestales y de Ciencias Exactas, y en relación al Conicet y la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires.
“Nosotros vamos a hacer un proceso protocolizado desde la siembra del cultivo, hasta la producción de las resinas para elaborar aceites, o que se puede usar para vaporizar para sus efectos terapéuticos” dijo el responsable del proyecto, Christian Weber, que es doctor en Ciencias Agrarias, investigador de la UNLP, investigador adjunto del CIC y prosecretario de Vinculación Tecnológica la UNLP. Para lograr un medicamento de calidad “vamos a controlar desde la producción misma hasta la producción farmacéutica que se hace en la FCE-UNLP”.
“En el proceso manual se pueden incorporar accidentalmente contaminaciones químicas como biológicas, como las que se usan para controles de plagas. El mismo manipuleo puede incorporar bacterias propias del ser humano, o microorganismos como hongos, que en la zona húmeda como La Plata son comunes y que tienen toxinas que pueden producir un daño mayor a lo que se quiera subsanar con la utilización del producto”.
La aprobación del Ministerio de Salud contempla al Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis, sus Derivados y Tratamientos No Convencionales dependiente de la secretaría de Acceso a la Salud de la cartera sanitaria, en el marco de la Ley N° 27.350 que regula la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor de la planta de cannabis y sus derivados.
Sebastián Gómez, miembro del equipo, explicó que el programa “apunta a formalizar todo esto que está en el acervo doméstico, llevarlo al ámbito científico y desarrollarlo conjuntamente con la FCE como referencia en el tema, para poder estandarizar un proceso, un cultivo y la calidad de un producto final”. Remarcó que “la normativa da un marco a esta producción con determinado fin y la posibilidad de hacerlo en forma legal”.
“Ya tenemos contacto e intereses, incluso el jueves tenemos una reunión con un laboratorio muy importante, que están interesados en el desarrollo del medicamento. Eso hay que explorarlo, para mi es una etapa posterior, pero lo que queremos ahora es generar conocimiento a partir de esto que es el puntapié inicial” comentó Weber.
“A partir de este proyecto aparecen otros”: por un lado, la biotecnología para la investigación de distintas cepas y sus distintos cannabinoides que tienen distintas aplicaciones como las epilepsias, dolores oncológicos o no oncológicos. Por otro, la parte terapéutica para la sanidad vegetal para no contaminar el producto con un agroquímico. Y por último, la parte farmacológica.
Como referente de ciencias agrarias, Weber remarcó que apuntan al cultivo agropecuario, como una oportunidad para dejar de lado la soja y otros cultivos nocivos para el suelo: “Dentro del cannabis existe el cáñamo, una especie que tiene alta producción fibra textil a través del tallo y a través de las flores, fines terapéuticos”.