Bajo un gran marco de público y con un sonido contudente a lo largo de los 13 temas que tocaron, la banda presentó «Angeles de Noche» en Beatflow.
Dulce Marian en el final del show
Siempre es especial la presentación de un disco: a los músicos se le mezcla la ansiedad, con los nervios y las ganas de salir a tocar. Mientras que el público espera la sensación de ver y escuchar por primera vez los temas en vivo.
Dos maniquíes envueltos en luces de led y una pantalla gigante con imagenes que transmitían peleas de Aikido, le pusieron color al escenario mientras permanecía vacío. Pasadas las 10 de la noche Dulce Marian irrumpió en Beatflow.
«Luz y Fer«, «Cambios» y «Sin Piedad«, sonaron al palo, casi sin dejar a los fans cortar la respiración. Siguió «Angeles de Noche» con Hernán Asconiga invitado en el saxo tenor. A esta altura el calor de la banda contagiaba a la gente que se acercó a Palermo.
Previo a «Hotel» llegaron las primeras palabras de Malcom: «estamos muy agradecidos, no saben que picante se ve desde acá«. Dani ponía la sensualidad con sus arpegios, al tiempo que Adri desataba la locura y el pogo con sus riffs.
Sobre la mitad del show llegó «Placer«, donde quedó demostrado que tanto Andrés en bajo, como Bery en batería son una pared de sonido. Sin perder tiempo sonó «El Probador» de Virus y «Triste Realidad«, dos versiones con estilo pop-punk.
Todavía faltaba más, «Rumania«, uno de los temas más coreados, y «Vane dice«, en una versión mejorada de su primer disco, continuaron. El momento más emotivo fue cuando tocaron «Ronin«, una canción con aires melancólicos dedicada a la memoria de la mamá de Malcom.
Para el final de la noche, quedó «Mariana«, con un comienzo electrónico desde los teclados de Pablo que hizo temblar el piso palermitano. El cierre fue muy rockero con «Av. Constituyentes«, con la misma tónica: un sonido contundente, que dejó a todos los presentes con ganas de más.