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González sostuvo que “con una inflación tan alta como la que tuvimos, se generó un desajuste en los costos”, remarcando que “producir en Argentina, en dólares, es caro”. En este contexto, señaló que las empresas pesqueras nacionales están cada vez más complicadas.
Además, indicó que “todos los costos se van actualizando por inflación, incluso algunos a tipo de cambio dólar blue, y eso hace que nos empecemos a quedar fuera del mercado”. También hay que sumar “la caída del mercado interno y lo que pasa en el mercado internacional, con la guerra en Europa, la inflación en países europeos y el cierre de países asiáticos”, lo que agrava la crisis.
Como si fuera poco, González manifestó que “empezamos a competir para vender en algunos países contra el langostino de criadero u otras especies de pescados blancos de criadero, que tienen los costos más acotados”, explicando que “el langostino tiene un precio de exportación que rondaba los 8000 dólares la tonelada, hoy vale 7000, con una depresión de 1000 dólares por temporada y con los costos que subieron”.