Con los nombres en mano y las designaciones anunciadas, es posible realizar un primer balance de las intenciones PRO – UCR para «Cambiar» el país.
La designación de gerentes de empresas multinacionales en cargos estatales evidencia la sumisión de la política a la economía concentrada externa. Exactamente la ecuación que nos hundió, y que Néstor Kirchner luchó por invertir.
Durante 12 años, con fallas pero exitosamente, la política popular orientó la economía. Por eso creció la Argentina.
Es previsible, en tanto factor de contrapartida, con los esquemas planteados desde las corporaciones que emplean al macrismo como presentación política , que nuestra nación, decrezca.
Asimismo, se buscará reposicionar a la Argentina a través de la Alianza del Pacífico, en subordinación a un Norte que se hunde debido al accionar, precisamente, de administraciones como la que plantea Cambiemos aquí.
Esa debacle europea y norteamericana, con esfuerzos singulares para trasladar los recursos sociales hacia las grandes corporaciones con eje en las finanzas pero con ramificaciones en armamentos y drogas, impide proyectar planes de asistencia.
En concreto, hoy el Norte sólo puede exaccionar, pero no invertir. Los designados al frente de las áreas económicas intentarán hacer pasar contratos leoninos que endeudarán nuevamente al país como si fueran dinero fresco para el crecimiento.
Como en otras circunstancias, fundamentarán ese adeudo con un falso diagnóstico de la gestión inmediata anterior. Se hablará de déficit fiscal, de problemas de financiamiento, de expansión innecesaria del Estado sobre rubros privados.
Asimismo, se reorientarán las inversiones preexistentes con naciones de la multilateralidad; esto es, se pondrá al servicio de los intereses norteamericanos las centrales nucleares que una Argentina soberana fue construyendo con el aporte chino, entre otros elementos estratégicos.
Como las secuelas sociales de semejantes acciones serán intensas aunque difuminadas en el tiempo por el colchón de ahorro y crecimiento existente, el gobierno PRO – UCR contará con la asistencia de renovadas y reequipadas policías federal y bonaerense.
Debido al alineamiento previo del Poder Judicial, no tendrá dificultades para forzar acuerdos económicos deficitarios para el país, ni para reprimir a quienes se opongan a tales políticas. Habrá oposición en el Congreso; las medidas centrales saldrán como Decretos de Necesidad y Urgencia.
Resultará difícil debatir en torno a este panorama y a sus derivaciones, porque a raíz de los resultados de los comicios del 22 de noviembre, todas las vías comunicacionales importantes han quedado en manos del nuevo gobierno.
El PRO – UCR Cambiemos se queda con los tres estados más poderosos para el financiamiento y las designaciones. Junto a los representantes de Clarín y La Nación (más adláteres), copará AFSCA y la Secretaría de Medios.
Como se sabe, ya tiene de por si el respaldo de esos medios que le hicieron una campaña formidable. Y asumirá la orientación directa de Telam, Canal 7 y Radio Nacional en versiones AM y FM. ¿Se entiende?
Es preciso añadir el nuevo sistema de Televisión Digital, con instalaciones de punta. Algo que jamás hubiera realizado el PRO por considerarlo gasto público pero, además, intervención estatal en asuntos privados.
Se viene, como frutilla en un postre rancio, un rediseño de las transmisiones del fútbol, con creciente influencia de las empresas particulares que operan en el rubro. En los entretiempos, se disminuirán silenciosamente los presupuestos destinados a educación, cultura e investigación.
Es curioso: cuando tras las elecciones comenzamos a describir segmentadamente este horizonte, muchos lectores, oyentes y televidentes evaluaron que se trataba de una visión catastrofista. Estaban adormecidos y tras diez años, ni siquiera podían suponer que todos los noticieros del día en el Canal 7 iban a estar definidos editorialmente por el PRO. Ni eso podían admitir.
Lo que usted acaba de leer no es una visión extrema ni contiene opinión aleatoria: es una descripción objetiva de la realidad en proyección, asentada en un suceso muy simple. Al ganar los comicios, Cambiemos tiene el derecho y la obligación de designar a sus funcionarios al frente del Estado.
Esos funcionarios, cuentan con la prerrogativa de seguir los lineamientos que consideren pertinentes según su filosofía. Esa filosofía, de carácter rentístico y dependiente, resultó licuada en los discursos preelectorales del nuevo presidente, pero –nobleza obliga- no fue ocultada por los equipos económicos que acompañan desde siempre a Mauricio Macri.
La lucidez sobre la vida nacional no tiene porqué generar inacción. Es la premisa básica para preocuparse y dar batalla por los derechos nacionales y populares. Las relativizaciones que hablan de “en cuatro años volvemos” no contribuyen a delinear una tarea que afronte adecuadamente los desafíos presentes.
Nuestros enfoques han tenido un tono optimista –sin obviar duras críticas a los errores- durante la década reciente, porque los datos concretos ofrecían proyecciones crecientes. Jamás nos asentamos en evaluaciones voluntaristas. Por eso ahora, no vamos a desdramatizar un panorama oscuro para la Nación.
Cuando se caigan a pedazos las paredes de esta gran ciudad, seguiremos informando. Y analizando con una perspectiva nacional y popular. No porque sea mejor que otras, sino porque es la que más se acerca a la verdad.
*Por Gabriel Fernández
Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica / Conductor de «Terapia de Grupo»