El mandatario aseveró que la salida de la pandemia “nos impone el deber moral y ético de poner manos a las obras para construir una sociedad nueva, donde el desarrollo sea constante, los desequilibrios estructurales desaparezcan y la justicia social deje de ser una consigna y se convierta en una realidad”.
Y destacó que “el primer gran problema que Argentina debe enfrentar con decisión es terminar con la desocupación creando empleo genuino”.
“Hemos llegado a un punto que es el corolario de una pandemia y de políticas que previamente se aplicaron en nuestro país que dejaron una economía estancada y altamente endeudada”, dijo el Presidente y remarcó: “Ya es hora de que tratemos de profundizar nuestros acuerdos y minimizar nuestras diferencias”, exhortó.
Expresó que “la asistencia del Estado a los sectores más postergados es solo un paliativo para sobrellevar la pobreza” y afirmó que “no existe otro remedio que la inversión privada que asocia el capital al trabajo para lograr un desarrollo sostenible en nuestra sociedad”.
Fernández destacó, en ese sentido, los nuevos acuerdos que impulsó el Gobierno nacional con empresarios y sindicatos de la construcción, del sector rural, gastronómicos y hoteleros, suscriptos en las últimas semanas, con el objetivo de que “los que hoy son beneficiarios de planes puedan ser empleados en la actividad privada sin perder ese derecho”.
También resaltó las medidas impulsadas a través del Consejo Económico y Social, que fueron “el resultado del acuerdo de los que producen, de los que trabajan y del Estado”.
“Si algo caracterizó al espacio político que hoy gobierna Argentina, es la promoción de la inversión empresaria y la creación de empleo. Y con ese mismo espíritu actuamos hoy”, insistió.
Aseguró que la generación de trabajo “es algo que también debemos abordar en forma conjunta” y “sin estigmatizaciones”. “No debemos ver al trabajo como un costo, sino como una inversión”, añadió.
Al referirse a los problemas de deuda que su Gobierno heredó, Fernández dijo que “en parte hemos resuelto la cuestión acordando con los acreedores privados, hemos ganado tiempo y logrado una reducción de la deuda de más de 37.000 millones de dólares”.
“Ahora estamos discutiendo el mayor préstamo otorgado por el FMI a un país miembro. Esa suma era equivalente al 11 por ciento del PBI de Argentina y fue dado en un marco de fuga de divisas que contradijo los mismos estatutos del organismo de crédito internacional”, criticó.
Y sentenció: “Debemos resolver el problema de la deuda haciendo que la misma sea sostenible, es decir, que no nos condene a la postergación de Argentina. Debemos crecer, acumular reservas y empezar a cumplir”.
Por otro lado, el Jefe de Estado advirtió que “el precio de los artículos de la canasta familiar se ha incrementado de manera incomprensible” y expresó la necesidad de “encontrar el punto de equilibrio para que esa suba cese en acuerdo con los industriales y cadenas comercializadoras”.
“El pueblo argentino no puede ser la víctima de la especulación y ambición de algunos. Una sociedad donde unos pocos ganan y millones pierden, no es una sociedad. Es una estafa”, profundizó.
Y concluyó: “El desafío es escucharnos. Debatir. Encontrar acuerdos. Estamos todos en un mismo barco y la pandemia ya nos enseñó que nadie se salva solo”.