El 4 de Julio de 1976 los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo José Kelly y Pedro Eduardo Dufau y los seminaristas Salvador Barbeito Doval y José Emilio Barletti de la comunidad de los Palotinos de la parroquia San Patricio, en el barrio de Belgrano, fueron asesinados por un grupo de militares.
Hace 40 años, en la madrugada del 4 de Julio de 1976, dos autos se estacionaron frente a la Iglesia de San Patricio en el barrio porteño de Belgrano. De allí bajaron un grupo de personas, con armas largas, e ingresaron a la iglesia.
A la mañana, cuando era la hora de la primera misa, los fieles se encontraron con las puertas cerradas. Rabia ocurrido una masacre. Los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo José Kelly y Pedro Eduardo Dufau y los seminaristas Salvador Barbeito Doval y José Emilio Barletti habían sido asesinados.
Rolando Savino, fue quien encontró los cuerpos, detalló lo que vio aquel día: “cuando llego al primer piso veo una escena rara, era todo un desorden. Toda la casa tirada por el pasillo. Había colchones, papeles. La puerta escrita con la leyenda que decía: por los camaradas dinamitados en Coordinación. Insultos. Y yo no salía de mi asombro hasta que llego y veo la habitación, los cuerpos. Yo pensé que estaba soñando. Me tomó casi diez minutos cerciorarme que no era un sueño, una pesadilla. Atino a bajar despacio las escaleras. Salgo y toda la gente me pregunta qué pasó”.
La masacre, también fue silencio. Los Palotinos nunca se presentaron en la causa penal. Este es un dato importante dado que habla del silencio público de la jerarquía de la Iglesia católica ante la masacre y la posición de complicidad con la dictadura. También muestra el debate interno que esta masacre generó y aún genera, al interior de la orden.
Recien la semana pasada, los Palotinos anunciaron que finalmente se presentarán como querellantes en la causa. Para hacerlo necesitaban el acuerdo por unanimidad de todas las congregaciones. Ese acuerdo recién se obtuvo en la reunión anual de 2015. Desde entonces, abogados del colectivo Justicia Ya! trabajaron en un borrador para la presentación que se concretará en los próximos días
La causa está abierta en la Justicia penal argentina desde la dictadura. Originalmente, la investigación estuvo a cargo del juez Guillermo Federico Rivarola que “cumplió con la mayoría de los requisitos formales de la investigación, aunque resulta ostensible que una serie de elementos decisivos para la elucidación del asesinato no fueron tomados en cuenta”, describió el periodista Eduardo Kimel en su libro La masacre de San Patricio. En 2013, el juzgado de Sergio Torres a cargo de la causa ESMA retomó la investigación al tener en cuenta el testimonio de dos sobrevivientes que escucharon al marino Antonio Pernías jactarse de haber participado en el operativo de San Patricio. En 2006, Torres procesó a 17 integrantes del Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA, pero la Cámara Federal porteña consideró que no estaba probado que los autores hayan partido de la ESMA. Torres desistió su competencia, pero la Cámara volvió a darle la causa en carácter transitorio. La semana pasada, el juzgado envió a Roma un exhorto vía Cancillería para pedir la desclasificación de archivos del Vaticano en busca de la identidad de dos supuestos excomulgados de la comunidad de San Patricio como autores de la masacre.
A 40 años de la masacre, el homenaje central se realizó durante una misa convocada a las 20, encabezada por el arzobispo porteño, cardenal Mario Aurelio Poli. Ese escenario también será un espacio de mensajes subterráneos. Los palotinos esperan numerosa presencia de obispos. Entienden que esa presencia, en el contexto del papado de Francisco, puede ser un gesto que convenza al aún poco convencido arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires de impulsar una consulta todavía pendiente para la declaración de los cinco palotinos como mártires.