Fiesta de la Vendimia
Hasta el próximo 5 de marzo, la ciudad de Mendoza revive una de las fiestas más populares de la Argentina.
Desde hace 77 años, la ciudad se engalana para recibir a numerosos turistas y artistas que disfrutan a pleno cada una de las actividades programadas. La palabra vendimia proviene del latín ‘vindemia’, que significa recolección, cosecha de la uva y tiempo en que se efectúa dicha actividad. En 1913, se celebró por primera vez en Mendoza y volvió a realizarse cada año desde abril de 1936.
El acto de la Vendimia se realiza en el teatro griego, Frank Romero Day, al oeste del Parque General San Martín y a pocos kilómetros de la capital provincial, Mendoza, en la frontera con Chile. El espectáculo cuenta con música y danzas- este año con la presencia de Charly García, Fito Páez y Alejandro Sanz entre otros- llegando a reunir unas 40.000 personas cada año. Pero quizá el momento más emocionante que se repite año a año, es aquel en donde se proclama la Reina de la Vendimia.
Por lo tanto y en homenaje a todas esas jóvenes que desde la primera edición lucieron esa banda como el símbolo del trabajo en los viñedos, es un orgullo compartir la historia de Josefina Di Pietro, la Reina Nacional de la Vendimia en el año 1946.
Josefina Di Pietro y Evita
Un recuerdo muy especial
Destacar que el trabajo, el respeto y el amor por lo que se hace, es la mejor cosecha para recoger y disfrutar los frutos de tanto esfuerzo, puede asociarse y resumirse en una persona que por su trayectoria, ha dado sobradas muestras para ser tomada como ejemplo. Porque Josefina Di Pietro, con su notable vitalidad continuó trabajando incansablemente como presidenta de CORENAVE (Comisión de Reinas Nacionales de Vendimia) entidad sin fines de lucro que integró desde su fundación en 1986.
Josefina evoca con orgullo, no sólo el recuerdo de aquel día en la rotonda del Parque General San Martín (por entonces se realizaba allí la fiesta) cuando esa hermosa jovencita de sólo 15 años fue elegida reina en representación del departamento de Las Heras.
En su largo inventario de experiencias, 67 años después y con una energía envidiable, comparte con Radio Cooperativa algunos de los momentos vividos en el Carrusel y La Vía Blanca y también otros muy significativos. Como por ejemplo, aquel día en que a pedido de Evita y del general Perón se sentó en el “Sillón de Rivadavia”
Una mujer con todas las letras
Con un porte y una energía que sorprende, Josefina enlaza su pasado y su presente, donde su condición de reina no se acota sólo a aquel lejano momento de su coronación. Porque posterior a la elección, se recibió de dietista (antecedente de la actual carrera de Nutrición) y también de instrumentista quirúrgica, una solidaria profesión que ejerció en los principales hospitales mendocinos hasta su jubilación en el año 1993. De su matrimonio con Víctor Bringa nacieron sus hijos Eduardo y Fabio, que la coronaron como abuela de sus amadas nietitas Victoria, Isabel, Agostina y Verónica y a quienes les transmite todo su amor y dedicación.
Con una sonrisa recuerda y detalla algunos de los privilegios que le tocó vivir en 1946 como reina de la vendimia.
“Aquel día estaba en la rotonda del Parque San Martín, junto a las otras postulantes y con los nervios propios que nos invadían al observar tanta gente reunida frente a nosotras. En un momento escuché los gritos del público que coreaba “Las Heras” y veía a todos los fotógrafos ubicados delante de mi, pero yo estaba confundida y no me daba cuenta que iba primera en la votación. Pero cuando el locutor dijo mi nombre y un mundo de gente me aclamaba, recién ahí tomé conciencia que era la nueva reina”
Pero a ese hito que marcó toda su vida se sumó otro que aún perdura: la canción elegida como parte del concurso anual que se hacía desde la primera Fiesta, fue la marcha con letra de Guillermo y Horacio Pelay, con música de Egidio Pittaluga, que fue cantada por un coro de 200 voces. Así, Josefina fue la primera reina en ser saludada por el “Canto a Mendoza” y que hasta hoy es la marcha cuyos acordes se disfrutan en cada Fiesta de la Vendimia. La tapa de aquella partitura llevaba impreso el escudo de la provincia de Mendoza, el título y el nombre de sus autores y en la contratapa de esa primera edición, la fotografía de Josefina di Pietro. Mucho tiempo estuvo en su poder la única partitura que quedaba, pero guiada por la bondad que la caracteriza decidió donarla al Archivo General de la Provincia dependiente de la Secretaría de Cultura.
Un momento inolvidable
Indudablemente, es imposible resumir en pocas páginas la cantidad de anécdotas que hacen de la vida de Josefina un increíble inventario de emociones y que hoy iluminan su rostro al recordarlas. Pero hay una que ocupa un lugar primordial en su memoria. “El año en que fui elegida reina, hubo elecciones y ganó el general Perón. Ese mismo año fui a Buenos Aires acompañada por mi padre y lo fui a visitar, lo que me permitió conocer también a Evita. En un momento, el general me dijo: quiero que se siente en el sillón de Rivadavia, quizá ésta va a ser su única oportunidad. Imaginate la emoción que sentí, sobre todo cuando Evita agregó que le gustaría mucho que yo me quedara en Buenos Aires, para seguir la carrera de actriz y que ella me podía ayudar. Pero obvio que ante la sorpresa de sus palabras, miré a mi padre y respondió un no rotundo con sólo su movimiento de cabeza. Al año siguiente, los dos fueron a la Fiesta de la Vendimia y tengo en mi poder una hermosa foto con los dos, con palabras muy lindas escritas por Perón”
Un verdadero ejemplo
Con esa gran cuota de vitalidad que invierte en a todo lo que emprende, Josefina continúa trabajando incansablemente, para dar a conocer el verdadero rol que cumple la figura de la Reina Nacional de la Vendimia en la sociedad mendocina.
Presidió CORENAVE – Comisión de Reinas nacionales de la Vendimia – una asociación sin fines de lucro que nuclea a aquellas reinas que voluntariamente se han asociado a la misma, con el fin de aunar esfuerzos en pos del desarrollo de actividades culturales y sociales de interés general.
Así, Josefina no deja de mencionar algunos de los objetivos, como los proyectos solidarios de la Corenave, la creación de un museo vendimial, de una escuela de reinas que funcione los sábados en los municipios para preparar a las futuras postulantes en “oratoria, vitivinicultura, protocolo e inglés” y el pedido de colaboración a las bodegas y hoteles para que las ex reinas nacionales de los departamentos más alejados tengan la posibilidad de asistir a los actos vendimiales. “También les damos contención psicológica, porque lloran mucho antes y después, la encargada de ese aspecto es la ex reina Marcela Gaua, que es psicóloga. Tienen apoyo fonoaudiológico, aprenden protocolo, historia de Mendoza y nutrición” agrega.
Esta es sólo una somera síntesis, de la vida de una Reina que ha sabido subirse al trono de la vida con la humildad de las grandes. Y como hay muchísimas reinas de todas las edades y condiciones que merecen compartir ese trono, resumimos en la figura de Josefina Di Pietro, esta sabia definición de Marco Tulio Cicerón; “El ser humano es como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos”
Por: Doretta Cattedra – Conductora de Viajando con los Cinco Sentidos